Para este fin de semana os propongo pasar un buen rato cocinando con nuestros peques.
Y como en mi tierra, Asturias, son muy típicos los frixuelos o crepes (como se conocen popularmente) ahora en carnaval, os voy a dejar una receta muy fácil de hacer para que os salgan deliciosos… Y es que digo yo, ¿habrá algún niño al que no le gusten?
Antes de nada, es muy importante el ritual: lavarnos todos muy bien las manitas para poder así manipular los ingredientes sin miedo… que los niños se acostumbren a hacerlo siempre. Después, yo siempre les pongo su delantal (cada peque tiene el suyo) y su gorrito de cocinero… parece una tontería pero si hacemos las cosas un poco más divertidas, además de fascinarles, ¡¡les harán sentirse importantes!!
También es necesario preparar las cosas de tal manera que los niños puedan realmente cocinar, revolver, tocar, oler, echar, amasar, etc...Que sientan que realmente ellos participan en el proceso porque si no se aburrirán y no tendrá ningún sentido tenerlos ahí...
Así que si cocinas con niños, déjales hacer, no pasa nada si salpican o si no lo hacen todo a la perfección, por encima de todo está: PASAR UN BUEN RATO JUNTOS. Además es un buen momento para que experimenten con nuevas texturas, sabores, aromas, etc... y para enseñarles cosas nuevas sobre los alimentos.
Siguiente paso: sacamos los ingredientes, y podemos aprovechar a explicarles o hablarles sobre cada uno de ellos, las cosas que se os vayan ocurriendo sobre los alimentos, las cantidades, etc. En este caso, vamos a necesitar (para hacer unos 8 frixuelos o crepes):
- 3 huevos
- 400 ml. de leche
- 180 gr. de harina
- 2 cucharadas de azúcar
- ralladura de limón (la receta original lleva un chorrito de anís dulce, aunque yo prefiero ponerle ralladura de limón y salen también deliciosos)
- un poquito de aceite o mantequilla
Se baten los huevos con una varilla (o mejor dicho, les dejamos que los batan ellos y después los acabamos de batir nosotros), agregamos el azúcar y volvemos a batir. Después añadimos la harina, poco a poco, para que no se formen muchos grumos y añadimos la leche y la ralladura de limón… Y les vamos explicando cada paso y dejándoles que intervengan en él... Si hay más de un niño: siempre TURNOS, para que ninguno se sienta de menos.
Si vemos que han quedado muchos grumos, siempre podemos pasarlo por la batidora en un momento para eliminarlos.
Una vez que ya tenemos la masa hecha, nos toca el turno a nosotr@s, así que podemos decirles: ¡ahora a jugar! que en un ratito estarán los creps hechos y nos sentaremos a merendar!... ¡ah! no os olvidéis de felicitarles por lo bien que lo han hecho y por lo mucho que os han ayudado ¡seguro que son los mejores pinches del mundo!.
Cogemos entonces una gotita de aceite y la repartimos por toda la sartén (podemos usar un poquito de papel de cocina para hacerlo, porque se necesita realmente muy poquita cantidad).
Cuando esté bien caliente el aceite echamos un poco de la masa que hemos preparado, la repartimos bien por toda la sartén, esperamos un par de minutos a que cuaje mientras vamos despegando los bordes con una espumadera y cuando ya esté cuajada le damos la vuelta al crep y lo dejamos otro minutito. Si os fijáis la masa no lleva mucha azúcar, la idea es sacarlo de la sartén al plato y espolvorear bastante azúcar por fuera del crep y luego enrollarlo…
Os dejo aquí un vídeo para esta parte, porque una imagen a veces es verdad que vale más que mil palabras.
Como veis se trata de una receta muy fácil de hacer con los peques y que les encantará… Mis chiquis se estaban ya relamiendo antes de comerlos… Y además es un plan perfecto para cualquier tarde que decidáis quedaros en casa..
Así nos quedaron a nosotros la última vez que los hicimos... Aunque nosotros los solemos tomar sólo con azúcar por supuesto que les podéis añadir o rellenar con lo que queráis: fruta, chocolate, nata, sirope, etc...
¿Y vosotros? ¿Qué receta soléis hacer que enganche a vuestros peques?
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