Uno de los aspectos que más me preocupa de la formación de mis hijos es la educación emocional. Es un tema que me interesa mucho y es que tengo la sensación de que les llenamos la cabeza de conocimientos y en muchas ocasiones nos olvidamos de lo esencial: enseñarles a gestionar las frustraciones, el éxito, los fracasos, las pérdidas, los miedos, los rechazos, etc.
Tradicionalmente la educación se ha centrado en los aspectos cognitivos y ha dejado de lado los aspectos más emocionales, y es por ello que los propios padres podemos sentirnos desorientados acerca de cómo abordar estos temas.
Os recomiendo el libro “Padres brillantes, maestros fascinantes” de Augusto Cury, imagino que muchos de vosotros ya lo conoceréis. Este psiquiatra hace una reflexión muy interesante acerca de cómo educar las emociones.
Tras leerlo me gustaría compartir con vosotros algunas ideas, sencillas, pero creo que muy útiles:
- Aquello que nos genera emociones, buenas o malas, ocupará en nuestras memorias siempre un lugar privilegiado. Compartamos con nuestros hijos nuestras emociones y nunca lo olvidarán.
- La televisión, las consolas, los videojuegos, internet… están haciendo que la comunicación en casa se deteriore. Es muy importante hablar con nuestros hijos, de todo, pero sobre todo de nuestras experiencias vitales, de nuestros logros y fracasos, de nuestros anhelos y frustraciones. Todos tenemos una vivencias tras nosotros, compartámosla con ellos, así es como conseguiremos llegar a su corazón.
- Humanizar el conocimiento es otra de las propuestas interesantes de este autor, se trata de convertirnos en narradores de historias. Detrás de los datos y de la información dada de forma objetiva en muchas ocasiones existe una historia, se encuentran lágrimas, errores, dificultades, ansiedad, y en muchas ocasiones el coraje del protagonista para seguir adelante. Muchos pensadores murieron por sus ideas. Se trata de crear el clima emocional que vivieron mientras investigaban. A los niños se les podrán olvidar las normas y reglas pero no nuestras historias. Esto ayudará a crear nuevos modelos y héroes.
- Enseñarles a gobernar sus propios pensamientos y emociones es uno de los mejores aprendizajes que les podemos aportar a nuestros hijos. Entrenar los pensamientos positivos y desechar o aprender a gestionar los negativos es una tarea que todos deberíamos aprender desde pequeños.
- Hacer que participen en proyectos sociales les vacunará contra el individualismo y el egoísmo. En la época que nos ha tocado vivir, tan basada en el consumismo y en la satisfacción inmediata de nuestros caprichos y deseos, deberíamos de reservar siempre una parcela de nuestra vida para hacer algo por los demás.
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